El desafío del agua en el mundo

Según datos de la UNESCO, entre 1990 y 2010, 2.300 millones de personas lograron acceder a mejores fuentes de agua potable. Se trata de un dato positivo, pero no suficiente en la lucha por el acceso universal al agua potable. Todavía hay más de 700 millones de personas en el mundo que no tienen acceso a agua limpia y potable para llevar una vida sana.

Un gran número de países en desarrollo están situados en zonas de estrés por déficit hídrico y es probable que sean los más afectados por el cambio climático. Al mismo tiempo, la demanda de agua está aumentando de manera espectacular, particularmente en las economías emergentes, donde la agricultura, la industria y las ciudades se desarrollan con rapidez.

El agua es fundamental para la vida y vital para un desarrollo más inclusivo y sostenible. Por este motivo, ocupa un lugar central en la nueva Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.  La calidad del agua y el saneamiento siguen siendo fundamentales para ofrecer un medio de vida decente. De los 2,3 millones de muertes que se producen al año en el ámbito laboral, un 17 % puede estar vinculado con enfermedades transmisibles y el consumo de agua contaminada. Por lo tanto, el agua potable y el saneamiento deben convertirse en asuntos prioritarios en cualquier lugar de trabajo en el mundo.

Se prevé que la demanda mundial de agua (en términos de extracción) aumentará cerca de un 55 % para el año 2050, principalmente debido a la creciente demanda de la producción (400 %), generación de energía térmica (140 %) y consumo doméstico (130 %). Como resultado, la disponibilidad de agua dulce estará bajo mayor presión durante este período, y las previsiones apuntan a que más de un 40 % de la población mundial vivirá en zonas con severos problemas hídricos.

Existe una clara evidencia de que las reservas de agua subterránea están disminuyendo; se estima que un 20 % de los acuíferos del mundo están sobreexplotados, algunos de forma crítica. Y el deterioro mundial de los humedales está reduciendo la capacidad de los ecosistemas de purificar el agua. La agricultura es actualmente el mayor usuario de agua del planeta, representando cerca del 70 % de las extracciones totales.

Cuidar el agua para las generaciones futuras es una responsabilidad colectiva. Los pequeños volúmenes consumidos en los hogares, en conjunto representan también un gran porcentaje; y la forma de encarar el problema es a partir de la modificación de los hábitos individuales en todo ámbito, ya sea en el hogar como en el trabajo. Pero también depende de la voluntad política de los gobiernos y organizaciones. Con voluntad y el compromiso de reducir nuestro consumo innecesario de agua, se aporta al cuidado del recurso y se garantiza su sostenibilidad.





Fuente:
UNESCO.



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