Droquimar asistió al 8vo Foro de Desarrollo Sustentable
PWC difundió cifras de un estudio realizado a nivel mundial sobre las perspectivas de los CEO de las principales firmas. Según la investigación, el 46% considera que la escasez de recursos y el cambio climático impactarán en el negocio. Por otra parte, el 60% asegura que los cambios demográficos tendrán un alto impacto con consecuencias sobre el patrón de consumo de recursos críticos como el agua, lo cual podría derivar en un estrés hídrico.
Como dato alarmante, sólo el 6% de los CEO reconoce que la cadena de suministro impactará en la industria en los próximos años. Lo cual da cuenta el por qué de muchas acciones de largo plazo que terminan siendo de corto plazo en términos relativos. La integración productiva y la relación entre los eslabones resultan cruciales para el desarrollo de innovaciones que permitan mitigar el impacto ambiental. Por lo tanto la innovación debería ser consecuencia y no la causa.
Otro de los aspectos destacados durante el encuentro fue el riesgo reputacional al que se exponen las organizaciones que no incorporan el concepto de responsabilidad social al proceso de toma de decisiones, pensando en las personas y en el planeta. Así mismo, la necesidad de reportar y transparentar la gestión frente a los grupos de interés se hace cada vez más indiscutible, por ejemplo los inversores evalúan con mayor frecuencia el impacto real de las compañías antes de decidir el destino de sus inversiones.
A su vez, hay una exigencia por parte de las nuevas generaciones para que las empresas tomen en serio los temas de sustentabilidad. La responsabilidad social corporativa no puede estar relacionada o atada a la coyuntura económica. La responsabilidad de llevar adelante un desarrollo sustentable es independientemente del producto que comercializamos.
Para finalizar, cabe destacar el rol que asumen los ciudadanos y las organizaciones civiles, entendiendo que todos son protagonistas del cambio. En todo intento por construir una sociedad más sustentable se debe considerar al ciudadano como participante activo, desterrando la postergación, e incluir a las ONGs en un trabajo coordinado que permita ampliar las fronteras del negocio para orientarlo a la sociedad.
Fuente: El Cronista.
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